Un día, después de regresar del trabajo, por la noche, Hideo atestigua un accidente de tránsito en el que un carro se estrella contra un transeúnte, matándolo al instante. No obstante, a pesar de las heridas y de tener el cuello roto, el cuerpo de la víctima se levanta y huye. Hideo se pregunta si ésta es otra de sus alucinaciones, hasta que empiezan a sucederle cosas muy extrañas.